Museo de Comida Des

Museo de Comida Asquerosa en Suecia

¿Te imaginas la posibilidad de probar alimentos de animales asquerosos? En este museo  de comida asquerosa ¡es posible!

 

En Suecia nos han dejado con la boca abierta tras la inauguración del primer museo de comida asquerosa del mundo. Se trata del Disgusting Food Museum, el cual abrió sus puertas el pasado miércoles a todos los visitantes ávidos de atreverse a comer comida realmente repugnante. La propuesta de este nuevo museo se encamina a mostrar la diversidad de alimentos que para algunas culturas podría resultar desagradables. En cambio, en otras suelen ser alimentos comunes en sus dietas.

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La muestra se compone de un menú bastante peculiar que, no muchos querrían probar. Por ejemplo (preparen sus estómagos), ¿imaginan degustar un delicioso vino preparado a base de ratones bebé? o qué tal un bocado de queso infestado de gusanos. Además de los testículos de toro, un jugo de ojos de oveja, batidos de rana o hasta fetos de pato hervidos listos para llevarse a la boca. Son más de 80 platillos los que conforman la exposición permanente.

museo de comida asquerosa
Cortesía: USA Today

La iniciativa de crear un museo con esta temática fue del psicólogo clínico, Samuel West. Éste fungirá como curador y jefe de degustaciones. Fue el mismo quien creó el Museo del Fracaso el año anterior. “Los nuevos alimentos amigables con el medio ambiente, como los insectos y, más adelante, la carne cultivada en el laboratorio, podrían ser una opción, pero estas cosas todavía nos disgustan. Así que empecé a pensar si podía usar mis conocimientos y experiencias recién descubiertas con exposiciones para crear algo que tendría un impacto en las personas que no se identificaran como ambientalistas, o incluso como amantes de la comida“, comentó West.

museo de comida asquerosa
Cortesía: USA Today

Finalmente, el museo de comida asquerosa busca concientizar al público acerca del consumo de carne desmedido y sus efectos dañinos sobre el medio ambiente.

disgusting food museum
Cortesía: Blooloop